En estos tiempos tan ajetreados, en los que todo el mundo parece ir a toda velocidad por la vida, dormir lo suficiente o tener una buena noche de descanso es algo poco frecuente. El sueño, reparador o suficiente, a menudo queda relegado a un segundo plano frente a otras cosas como el trabajo, la vida social e incluso los atracones de series. ¿Sabía que no dormir lo suficiente puede ser una de las causas de su aumento de peso y de que esos kilos de más se le escapen?
Estudios recientes están descubriendo una sorprendente relación entre la falta de sueño y el aumento de peso. Resulta que no dormir lo suficiente afecta a nuestro organismo de tal manera que podemos engordar. Los efectos acumulativos a largo plazo de la pérdida de sueño y los trastornos del sueño se han asociado no sólo con la inhibición de la pérdida de peso, sino también con una amplia gama de consecuencias para la salud, incluyendo un mayor riesgo de hipertensión, diabetes, depresión, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
La ciencia ha demostrado que cuando no dormimos lo suficiente, nuestras hormonas del hambre se disparan. ¿Te ha pasado alguna vez? Estás cansado, te falta sueño y, de repente, te entran ganas de comerte una bolsa de patatas fritas o algo dulce, un capricho. No es una coincidencia. La hormona que te dice cuándo estás lleno cae en picado, mientras que la que te dice que comas más se dispara. No es de extrañar que asaltes la nevera a horas intempestivas.
Pero no se trata sólo de picar algo a altas horas de la noche. La falta de sueño también afecta a tus niveles de energía y motivación para hacer ejercicio. ¿Sabes esos días en los que lo único que quieres es tirarte en el sofá? Échale la culpa a la falta de sueño. Los estudios han descubierto que las personas que no duermen lo suficiente tienen menos ganas de mover el cuerpo. Es como un doble golpe: comes más y te mueves menos, por lo que engordas.
Y aquí viene otra sorpresa: la falta de sueño altera la capacidad del cuerpo para gestionar el azúcar, lo que puede aumentar las probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2. Es como un efecto dominó: los malos hábitos de sueño afectan a los niveles de azúcar, lo que afecta al peso. Es como un efecto dominó: los malos hábitos de sueño afectan a tus niveles de azúcar, lo que afecta a tu peso. No es una buena combinación, ¿verdad?
Pero la esperanza no está perdida. Hay un resquicio de esperanza. Puedes cambiar las cosas prestando al sueño la atención que se merece. Prueba a incorporar zlēm en tu rutina nocturna para conciliar el sueño con facilidad y conseguir una desintoxicación suave, sencilla y eficaz. Intenta apagar Netflix, es tentador, pero apágalo. Intenta acostarte a la misma hora todas las noches y observa lo que eso puede hacer por tu cintura.
Si estás intentando mantener a raya esos kilos de más, dormir lo suficiente debería formar parte de tu plan de juego. Puede parecer demasiado simple, pero es una herramienta poderosa para mantener tu peso a raya y mantenerte sano. Así que la próxima vez que sientas la tentación de picar algo a medianoche, recuerda que tu cuerpo -y tus vaqueros- te agradecerán que elijas dormir lo suficiente.
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